En 'Teatro del Oprimido', Augusto Boal presenta el teatro como una herramienta de revolución y comunicación popular. Basándose en las teorías de Aristóteles y Maquiavelo, Boal demuestra cómo el teatro ha reflejado el control de la clase dominante. Invierte este proceso con la poética brechtiana/marxista, ilustrando con ejemplos prácticos de ejercicios y juegos utilizados en el Teatro Popular de Perú. Este texto clásico sobre drama radical restaura el teatro a su lugar como forma de expresión, transformando al espectador en actor.