En su autobiografía, Paul O'Grady narra con su característico ingenio las divertidas historias de su vida en el barrio católico irlandés de Birkenhead. Desde sus inicios como monaguillo hasta convertirse en una de las figuras del entretenimiento más queridas de Gran Bretaña, O'Grady relata sus experiencias trabajando en un matadero, como asistente social y en un burdel de Mayfair. A los 23 años, ya había sido padre, esposo, drag queen, amante gay, divorciado y, según sus propias palabras, un degenerado. Su historia está llena de personajes pintorescos y situaciones hilarantes, contada con amor, empatía y un humor mordaz.