En Shock, Deborah Cochrane y Joanna Meissner, dos estudiantes y amigas íntimas, encuentran un anuncio en el periódico del campus que promete solucionar sus problemas económicos: una clínica de fertilidad exclusiva y muy rentable en North Shore de Boston está buscando donantes. Deborah y Joanna piensan que pueden hacer una buena obra ayudando a parejas infértiles, mientras ganan algo de dinero para sí mismas. Aunque surgen rumores sobre la inexplicable desaparición de una compañera donante, permanecen impávidas. Los procedimientos parecen ir bien, pero las dudas y la curiosidad impulsan a las dos mujeres a descubrir más. Obstaculizadas por el velo de secreto de la clínica, Deborah y Joanna consiguen empleo allí para continuar su investigación. Trabajando bajo alias, pronto descubren los horribles y verdaderos objetivos de la investigación del Dr. Windgate, poniendo inmediatamente sus vidas, y su cordura, irrevocablemente en riesgo.