En 'Le Dérèglement du monde', Amin Maalouf analiza las causas del desorden global, argumentando que no se debe tanto a un choque de civilizaciones, sino al agotamiento simultáneo de las mismas. Maalouf critica tanto a Occidente por su infidelidad a los valores democráticos y su intento de mantener una superioridad militar, como a Oriente por su falta de legitimidad patriótica y su radicalización. El autor invita a la reflexión sobre la necesidad de una nueva ética global para superar la incompetencia moral de la humanidad y construir un futuro más equilibrado y justo.