COLECCION OBRAS MAESTRAS DE LA LITERATURA CONTEMPORANEA VOLUMEN 13Histriónico único en serlo entre los personajes de una novela cuya única endeblez es —Gide dixit— su exceso de inteligencia corresponde a Clappique dar con la clave esencial de La condición humana. Que el juego sea éste trivial de la ruleta ante la cual Clappique se inclina o esos más litúrgicamente solemnes del opio o el sexo ante los cuales Gisors y Ferral despliegan sus minuciosas liturgias o bien éste majestuoso de la revolución en cuyo altar se ofrendan las vidas de Tchen Kyo y Katow (sobre todo Katow la muerte más homéricamente bella de la literatura del siglo XX) la metáfora es la misma. Brutalmente pascaliana. Brutalmente atrincherada en la visión perpendicular del abismo del absurdo. La apuesta. Contra el absoluto por supuesto: sólo contra el absoluto apuesta un verdadero jugador. Y la certeza: nada hay en el juego que no sea anhelo de derrota. No aquellos que no juegan no son hombres.