La princesa Selma exiliada en Turquía cuando todavía era una niña emprendió un camino de sorpresas e inquietudes que la llevó del Líbano a la India y concluyó con su llegada a Francia al comienzo de la segunda guerra mundial. Fue una vida fugaz dramática tan extraordinaria como fascinante. En París la princesa dio a luz a una niña que sería su fruto más valioso: la autora de este libro.